Robertoliveira
Jazmin Abuin
Monologuista
Jazmín Abuín es una actriz, cantante y periodista nacida en Vigo, de madre canadiense y padre gallego. Su interés por las artes escénicas comenzó muy pronto, asistiendo desde niña a clases de canto, grupos de teatro y clases de danza. Su andadura en el mundo artístico comienza cuando, a los 11 años, se presenta con su hermana al programa "Menudas estrellas" y, tras superar los castings, son seleccionadas para grabar el programa. A partir de entonces compagina sus estudios con la participación en diversos programas de la TVG y festivales de la canción, resultando ganadora de varios de ellos. También comienza a trabajar en algunos espectáculos, siempre en verano, para poder seguir con sus estudios. Recorre Galicia con espectáculos musicales como "Música de cine", junto con los más de 40 componentes de la orquesta sinfónica de Melide, bajo la dirección de Fernando Vázquez Arias.
Comienza la carrera de periodismo en la universidad de Santiago de Compostela, pero a mitad de carrera traslada el expediente a Madrid para poder compaginarla con los estudios de artes escénicas en la escuela de Carmen Roche. Una vez finalizados sus estudios, comienza a trabajar en musicales de la Gran Vía como La bella y la bestia, Peter pan, Quisiera ser, Flashdance, El libro de la selva, Una corbata para Monroe o Goodbye España, mientras sigue su formación como actriz y cantante, con diversos profesores en diferentes escuelas, formación que aún sigue recibiendo a día de hoy.
Tras varios anos trabajando sobre todo en teatro musical y teatro de texto, en obras como Las tres hermanas, La importancia de llamarse Ernesto, El fantasma de Canterville, AMA, Conspirados... Comienza una formación más específica para cine y TV.
Trabaja en series como Acacías 38, Centro médico, Serramoura, La que se avecina y más recientemente Amar es para siempre, Mentiras, Ana tramel o Madres.
También participa en películas como Ola de crímenes o La casa de tiza, y cortometrajes como Cordelias, de Gracia Querejeta, nominado en los premios Goya al mejor corto de ficción.
A día de hoy, compagina trabajos en teatro, como la comedia Polvorones, que ha estado tres años en cartel en Madrid y en gira, o el musical familiar monster rock, con trabajos como actriz de doblaje, locutora y cantante y como profesora de voz, canto y dicción en varias escuelas de Madrid.
Vive a caballo entre Galicia y Madrid, trabaja en gallego, inglés y español, sus tres lenguas maternas, y compagina la interpretación, el canto, la docencia y la comedia.
¿Por qué un monólogo y por que ahora?
Son tiempos raros para la cultura y más raros aún para el humor. Pero precisamente por eso, necesitamos reírnos más que nunca. De la vida, de la situación que estamos viviendo, y sobre todo y por encima de todo, de nosotros mismos. El humor es terapéutico y pocas cosas son más sanadoras que la capacidad de reírnos de nosotros mismos y de parodiar nuestras manías, nuestras costumbres y nuestros miedos.
Soy actriz, cantante y periodista. Las tres cosas me apasionan desde niña porque veo en ellas un arma poderosa para comunicar pensamientos, ideas, sentimientos y preocupaciones. En clave de drama, de comedia, de reportaje, de composición musical... Lo que cambia es el formato, pero la esencia es la misma. Hacer pensar, sentir, reflexionar, reír, o todo ello al mismo tiempo. Pero el humor tiene un 'superpoder' especial. Libera. Hace que, durante un rato, viajemos a un lugar sin juicios ni prejuicios, sin preocupaciones. Durante un rato, no existe nada más que la risa. Por eso, este es el mejor momento para apostar por el humor. Por la ironía. Por la retranca. Por contar 'verdades' disfrazadas de 'mentiras'. Porque a veces la mejor forma de mirarnos al espejo es desde la parodia.
¿Qué quiero contar?
Pues por un lado no sé, y por otro, qué queréis que os diga.
Soy galeguiña hasta la médula, de donde las vacas, de madre canadiense, de donde los osos simpáticos y con nombre de princesa Disney. Ser riquiña está en mi ADN por convenio. La retranca, en mi DNI, por supervivencia. O quizás sea al revés. No lo sé.
Yo lo que no quiero bajo ningún concepto es molestar. Bueno, o sí. Depende. Porque todos llevamos un hater dentro. Y yo, a la mía, como soy riquiña, si aparece, lo único que puedo hacer es... Abrazarla. ¿No?